Siguiendo a Caplan y a Erikson, las crisis son entendidas
como “una respuesta de disrupción en la
homeostasis psicológica del individuo, en la que fallan los mecanismos de
afrontamiento habituales tendentes a reinstaurar dicha homeostasis, lo cual va
acompañado de todo un conjunto de consecuencias conductuales, emocionales,
cognitivas y biológicas en la persona”.
Silvia Bleichmar entiende por crisis “la repercusión
psicológica de complejas situaciones vitales, la forma en que estas son vividas
por la persona, a partir de múltiples y muy variados factores histórico-coyunturales:
su inscripción económico-social, familiar, su propia historicidad, sus
vicisitudes como sujeto psíquico (fundamentalmente inconscientes), etcétera”.
De otro lado, “una crisis es una combinación de
situaciones de riesgo en la vida de una persona que coinciden con su
desorganización psicológica y necesidad de ayuda. La crisis representa el
peligro de una mayor vulnerabilidad al trastorno mental como la oportunidad para
el desarrollo de la persona. La crisis es una experiencia que siempre está
presente en la vida de los seres humanos”
Durante la vivencia de una crisis, la persona
pierde de forma transitoria o definitiva una serie de aportes con los que ha
contado; encontrando comprometida su estabilidad. Estos aportes pueden tener
diferentes dimensionalidades, pudiendo ser tanto físicos (alojamiento,
economía, alimentación, salud, autonomía, etc.) como psicosociales (de relación
con los otros, seguridad, pertenencia, confianza, etc.) así como de otra
índole, que pueden afectar a su salud mental.
Dicho esto, la persona puede encontrarse en muchas
situaciones de emergencia “la intervención psicológica en crisis se orienta
hacia la expresión de los sentimientos y experiencias internas de la persona
que se relacionan con el evento o eventos que provocaron el desajuste, facilita
la elaboración del duelo ante la pérdida, en ocasiones de bienes materiales,
pero en otros casos ante la irreparable pérdida de un ser querido”.
La intervención en crisis consiste en “un
tratamiento intensivo que requiere la habilidad para la creación de un clima
óptimo de comunicación que facilite: (a) la libertad de expresión por parte de
la persona en crisis, (b) la aceptación de la persona y de su situación, (c) la
expresión de la capacidad para escuchar de manera empática, (d) la búsqueda de
soluciones realistas, y (e) la expresión natural de afecto y cercanía. Se trata
de propiciar una situación de seguridad psicológica que permita la exploración
de los eventos críticos en un contexto de realidad.
Los primeros
auxilios psicológicos
Los PAP (primeros Auxilios Psicológicos): concepto,
características y objetivos. Características de las PAP
Son intervenciones de primera instancia.
- Son inmediatas y de corta duración.
- Están dirigidas a cualquier persona impactada por
un incidente crítico.
- Su objetivo principal es proporcionar apoyo,
reducir el peligro de muerte y enlazar a
la persona en crisis con los recursos de ayuda.
- Los PAP los proporciona cualquier persona
suficientemente entrenada y formada.
- Se proporcionan principalmente en el mismo lugar
del suceso.
El objetivo de nuestra intervención es “ayudar a la
persona a aceptar lo sucedido, expresar sentimientos, facilitar que busque
soluciones y apoyo social, ayudar a que recupere el nivel de funcionamiento que
tenía antes del incidente y prevenir la aparición de consecuencias negativas para
su salud mental”
Los objetivos que persiguen los PAP son, según
Gómez-Mascaraque y Corral Torres, los siguientes:
- Proporcionar apoyo, facilitando que la persona se
sienta escuchada y comprendida, facilitando la expresión de sentimientos y la
ventilación de emociones negativas como el miedo, la tristeza, la angustia o el
enfado.
- Reducir la mortalidad: al entender que el suceso
estresor puede generar situaciones violentas como agresiones a otras personas o
a sí mismo; actuando en consecuencia para evitarlo (desarrollar su red de apoyo
informal, favorecer su ingreso hospitalario, etc.)
- Ser el nexo de unión con recursos de ayuda,
proporcionándole información sobre los recursos necesario y brindándole
orientación sobre qué hacer y cómo hacerlo.
“La búsqueda de apoyo social será fundamental para
toda persona que haya vivido un suceso crítico, sin embargo, debemos prestar
especial atención ante grupos específicos como niños, ancianos y
discapacitados”.
La actuación a desarrollar y que comprendería el
ámbito de los primeros auxilios psicológicos y emocionales, según Núñez, son
los siguientes:
Protección: Donde lo prioritario es proporcionar
seguridad y resguardo a la persona. Para ello, el Trabajadores Sociales
gestionarán los recursos que consideren necesarios y harán uso de las técnicas
necesarias, tales como la derivación de las personas a los servicios oportunos
(centro de acogida).
Contacto: Donde se deberá promover el contacto tanto
emocional, como físico. En relación a este último tipo de contacto, aclarar que
este no se llevará a cabo en situaciones que resulten contraproducentes (como
es el caso de las agresiones sexuales) o cuando nuestro interlocutor sea de un
sexo diferente al nuestro (para que no dé lugar a malas interpretaciones). En
todo momento, el profesional debe mostrarse receptivo a las necesidades.
Aceptar sin juzgar los sentimientos: El objetivo es
tranquilizar a la persona, por lo que se deberá evitar hablar de culpables o
realizar juicios de valor.
Aceptar nuestras limitaciones y la imposibilidad de
resolver todo en el momento:
Esto es imprescindible para poder actuar de forma
responsable.
Evaluar las capacidades de la persona o grupo:
Determinando sus facultades (orientación temporo-espacial, estado emocional,
procesamiento de lo ocurrido, etc.) para poder anticiparnos a sus necesidades.
Lo importante es la detección de las preocupaciones de la persona y ayudarla en
la resolución de las mismas (facilitarle el contacto con las personas que
precise, darle la información necesaria, etc.).
Brindar opciones: La persona ante esta situación es
incapaz de decidir, por lo que se la deberá ayudar en la elaboración de una
lista de alternativas o soluciones posibles.
Acciones concretas y estimulantes: Estableciendo
objetivos e incitación a la acción.
Ofrecer información: sobre todos los recursos
sociales disponibles.
Seguimiento: Imprescindible para valorar la
evolución de la persona y su situación.
REFERENCIA: http://www.trabajosocialmalaga.org/archivos/revista_dts/47_07.pdf
La importancia de brindar de manera rápida y eficaz los PAP a las personas que sufran una crisis por eventos traumaticos son de vital importancia para su proceso de recuperación , es algo que se debe tomar muy enserio para así minimizar las consecuencias que podamos evitarles a estos.
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